Viene del capítulo anterior: El Loryc sardina resucita - Capítulo 28
Los trabajos avanzan que da gusto, y Mateu no puede esperar a experimentar las sensaciones de montar su “pura sangre”. En las fotos de debajo: Mateu al volante y Joaquín en el asiento del mecánico.
La vista trasera del Loryc es realmente bella, con su cola en forma de “bateau” o barca.
La tapa del compartimento trasero ha quedado formidable, y las líneas generales nos transportan cien años atrás en la historia de la automoción.
Los asientos son fieles a las baquets originales de la época, y muy cómodos, mostrando la posición “decalée”. Para facilitar la acomodación de piloto y mecánico en tan reducido espacio.
El Loryc a falta del guardabarros delantero derecho. Todavía falta algo de trabajo.
En la foto, Joaquín, Mateu, Jaume (tapicero) y Giorgio (carrocero).
Mateu posa con su querido Loryc. Hay muchas ganas de acabarlo ya, aunque sabemos que el auténtico disfrute está también en el camino. Desde 2003, cuando comenzó esta aventura, el trabajo ha sido arduo y meticuloso. Son 13 años ya, llenos de ilusión y compromiso por un proyecto apasionante, de ahí el orgullo de Mateu que refleja la foto.
Próximo capítulo dentro de una semana …
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